Editorial del 13 de noviembre de 2019
Tras el acuerdo entre PSOE y Podemos, y ese abrazo sorprendente que resuelve en apariencia siete meses de bloqueo, llega la estrategia más complicada: determinar cómo y de qué forma se completará la mayoría de síes a la investidura de Pedro Sánchez.
José Manuel Villegas, que ha asumido temporalmente la dirección de Ciudadanos, ha dicho este mediodía que su partido descarta la opción de abstenerse, es decir, al puro estilo Albert Rivera, prefiere que la investidura dependa de la abstención de Esquerra Republicana. Nada ha cambiado pues, aparentemente, en el partido naranja pese al enorme castigo electoral que recibieron por haber renunciado en abril a ejercer el papel para el que llegaron a la política española.
Y el PP, que el lunes negaba totalmente la posibilidad de abstenerse para facilitar la investidura al único candidato posible, hoy parece sugerir que esa puerta la cerró el propio Sánchez.