Fórmula TV, 13 de Diciembre de 2004

Álvaro López

Los presentadores son parte fundamental de la industria televisiva hasta el punto de que incluso un buen presentador puede levantar un programa. No hay más que mirar el poder de María Teresa Campos, que ella sola arrastra a buena parte de la audiencia. Pero no confundamos términos: Un buen presentador levanta un buen programa (si el programa en cuestión es extremadamente malo eso no hay quien lo levante) pero un mal presentador sí puede hundir un buen programa. Si juntamos mal presentador con mal programa eso si que no tiene nada que hacer, pero por lo general los buenos presentadores hacen buenos programas ya que en ello se juegan el respeto en su profesión y por extensión su sueldo.

Podemos poner nombres propios entre los buenos presentadores y seguro que casi coincidiríamos al 100% en sus nombres: Javier Sardá, María Teresa Campos, Julia Otero, Mercedes Milá... Eso podríamos llamarlo la élite de la profesión, los que más cobran y los que tienen mayor complicidad con el público. Sin embargo el problema de estos buenos profesionales es que a algunos se les olvida que se la juegan cada vez que se ponen ante una cámara ya que la televisión es un medio que no sabe del pasado, sólo vive del presente. A María Teresa Campos se le olvida de vez en cuando que la prepotencia es el primer síntoma de perder el respeto al espectador, algo casi sagrado y muy poco aceptable en un comunicador. De Javier Sardá podríamos decir tres cuartos de lo mismo, con la salvedad que a Javier Sardá se le supone un cierto toque gamberro en 'Crónicas Marcianas' mientras que de la Campos se espera cierto estilo acorde con su edulcorado programa.

Entre las "super-estrellas" también destacan las que simplemente siempre están geniales, caso de Julia Otero que haga lo que haga mantiene su propio estilo, o Mercedes Milá, que puede salirse completamente del guión establecido y quedar como nadie, magnífica. También hay presentadores muy buenos que luchan por hacerse un hueco entre los grandes como pueden ser Emma García, Jordi González, Patricia Gaztañaga, Carolina Ferre, Óscar Martínez, Jesús Vázquez... Y entre los buenos no podemos olvidar a los eternamente olvidados, que suelen estar en programas o cadenas menores pero que probablemente valen mucho más de lo que se les reconoce. Entre estos yo me quedaría con Montserrat Domínguez, Alipio Gutierrez ('Buenos Días Madrid' en Telemadrid), Teresa Viejo, Manu Carreño, Javier Capitán...

También existen los presentadores "feos" pero no piensen mal, no me refiero a los feos físicamente sino a los que son un término medio: No son malos presentadores pero son demasiado exagerados o tratan de convencer al espectador y convencerse a sí mismos que son muy buenos. Podríamos hablar del anti-natural tono de voz de Jordi Hurtado en 'Saber y Ganar', las continuas equivocaciones y exagerada dulzura de Anne Igartiburu, también lo que podríamos llamar el "síndrome del ex-presentador de informativos" como Juan Ramón Lucas, Santi Acosta o Jaime Cantizano (los tres saben hacerlo bien pero el problema es que no les sale del todo o no se encuentran a gusto), la excesiva vocalización de Cristina Saavedra en 'Ahora'...

Y llegamos inevitablemente a los "malos", presentadores que ni saben hacerlo bien ni lo hacen bien. La verdad es que este caso no está muy extendido en las grandes televisiones ya que lógicamente nadie contrata a alguien que lo hace mal, pero hay más de uno (sobre todo en las televisiones públicas). Mala presentadora es por ejemplo Curry Valenzuela en 'Alto y claro' de Telemadrid, es una periodista de larga trayectoria que anda bastante perdida ante una cámara y no tiene ni soltura ni expresividad, exactamente lo mismo que le pasa en esta misma cadena a Germán Yanke en 'Diario de la noche'. Nos podemos fijar también en Marta Torné, que presenta 'Vitamina N' en City TV de Barcelona y colabora en 'Gran hermano', una chica que utiliza su belleza como carta de presentación pero que a la hora de la verdad anda bastante perdida y tiene pocos recursos. Desastroso también el prestigioso pero acartonado Pedro Erquicia ('Documentos TV' de La 2), ni expresa ni entona ni se implica con el espectador, por lo que resulta nulo a pesar de acumular años y años de experiencia.

Pero para no lapidar sólo a buenos periodistas que son malos presentadores también hay que decir que hay jóvenes sin talento natural que simplemente no se les da bien y alguno se pregunta cómo han llegado ahí. Nombraba antes a Marta Torné y también podríamos decir que Nico Abad ('La hora Wiki' de Canal+) es un chico simpático como colaborador de 5 minutos en 'Lo + Plus' pero poniéndole al frente de un programa no parece dar mucho la talla porque se le ve totalmente descentrado.

Hay más buenos, feos y malos presentadores, desde luego, pero todos tienen algo en común: Tratan de hacerlo lo mejor posible y eso es algo a tener en cuenta. Que lo hagan mejor o peor es cuestión de capacidad y, por qué no, subjetividad.


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